“Si sólo pudiéramos ver un resurgimiento en esta tierra de un hombre mirando a su esposa como su igual, su consuelo, y su más querida amiga, y una mujer caminado al lado de su esposo, no delante de él, ni detrás, como una compañera, y mirándolo como la luz y la fortaleza de su vida, empezaríamos a fortalecer familias.Los niños se sentirían seguros con el abrazo y el amor de padres felices, quienes inculcarían en ellos las normas morales y éticas que los guiarían a través de sus vidas.Tales matrimonios serían honorables y seguros, y los niños serían nutridos y amados y educados en aquellos valores que son la esencia misma de nuestra civilización”.
(Gordon B. Hinckley, Standing for Something – (En defensa de algo), New York: Three Rivers Press, 2000, p. 49.)
LO QUE MAS ADMIRABA DE EL ERA SUS DEMOSTRACIONES DE AMOR HACIA SU ESPOSA Y COMO SE EXPRESABA DE LAS MUJERES EN GENERAL, EXTRAÑO SUS DISCUROS QUE ME HACIAN SENTIR PROFUNDAMENTE FORTALECIDA Y MOTIVADA , PARA SEGUIR ESFORZANDOME A SER UNA MEJOR MUJER Y MADRE.-