Si hay alguno que albergue en sus corazones el brebaje ponzoñoso de la enemistad hacia otra persona, le suplico que pida al Señor fortaleza para perdonar.Esta expresión de deseo será la sustancia esencial de su arrepentimiento.Puede que no sea fácil, y puede que no llegue pronto.Pero si usted la busca con sinceridad y la cultiva, ésta llegará.Y aún cuando aquel a quien haya perdonado continúe acosándolo y amenazándolo, usted sabrá que ha hecho lo que pudo para efectuar una reconciliación.Vendrá a su corazón una paz que no se obtiene de ningún otro modo.Esa paz será en la paz de El que dijo: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. (Mateo 6:14-15) (Be Thou an Example – Sé tú un ejemplo [Salt Lake City: Deseret Book, 1981] – en inglés, pp. 50-51.)
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